Más que “ganar espacio”, los animales están teniendo algo más de tranquilidad para desenvolverse en su ambiente natural. El ser humano no tiene conciencia del impacto que genera cuando avanza, con sus ruidos, su transitar, sus residuos. Convivimos con otras especies que no tienen nuestra dinámica. Ahora, los animales de la reserva están mucho más relajados, por decirlo de una manera. En las visitas guiadas a la reserva, que en este momento están suspendidas por la pandemia, se intenta educar en ese sentido: que no griten, no pongan música, no les den comida, y por supuesto no toquen a las distintas especies. A la vez, en los lugares periurbanos se observan animales, como pumas. En estos casos, también es porque cada vez se van quedando con menos espacios para ellos. Es consecuencia de que invadimos lugares naturales. En la búsqueda de satisfacer nuestras necesidades, no consideramos el otro, el entorno, lo silvestre. De hecho, le quitamos su lugar, no sólo para desplazarse, sino también para que existan allí otras especies menores, de las cuales se alimenta o depende. Si una planta desaparece, desaparece también el individuo que se alimenta de ella.
Cada vez menos espacio
Por Elena Correa, médica y veterinaria. Reserva de Horco Molle.